El ministerio publico logró que fueran puesto tres meses de prisión preventiva al dueño y una empleada de un bar llamado “Bar de Mikín” en la provincia de Barahona. Donde fueron rescatadas unas 10 menores de 14 a 17 años quienes eran víctimas de explotación y proxenetismo.
Este propietario es identificado como Amado Cuevas “Mikín” y la empleada es Johanny Paredes quien se encargaba de vigilar y repartir las menores. Estos fueron acusados de violar los artículos 22, 23, 410 y 412 del código para la protección de los derechos fundamentales de los niños y adolescentes. Estos según la investigación cobraban entre 300 y 1,500 pesos para que los clientes puedan tener relaciones con menores que se encontraban en el negocio, en la que igual las ponían a consumir bebidas alcohólicas hasta más no poder.
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